Según el balance comunicado por el equipo de socorristas a la AFP, ya han salido cuatro chicos, cada uno de ellos guiado por dos buzos profesionales.
Después de salir de esta cueva en el norte de Tailandia, los llevaron con ambulancias al hospital de Chiang Rai. Periodistas de la AFP comprobaron cómo abandonaron el lugar en dirección hacia un helipuerto.
“La próxima operación (de rescate) empezará en diez horas como mínimo”, aseguró Narongsak Osottanakorn, el responsable de la célula de crisis, durante una rueda de prensa, ayer por la noche.
Osottanakorn anunció ayer por la mañana que sería “un gran día”, ya que debía empezar la evacuación.
Los niños “saldrán uno por uno, eso durará dos o tres días”, precisó Chalongchai Chaiyakorn, uno de los responsables de la célula de crisis.
En la operación participan “trece especialistas de nivel mundial llegados de países con experiencia” en espeleología que ya se dirigen hacia el lugar donde están los chicos, añadió Ossottanakorn.
Socorristas despejan área de la cueva
De momento, no se ha hecho pública ninguna imagen cercana de la operación, puesto que las autoridades tailandesas crearon un extenso perímetro de seguridad alrededor de la cueva.
La célula de crisis considera que las condiciones actuales para una evacuación son “perfectas”, especialmente en lo relativo al nivel del agua en la cueva.
Los socorristas mandaron evacuar, ayer por la mañana, el área de la cueva para despejar el lugar y “ayudar a las víctimas”.
“Todos los que no están implicados en la operación deben salir de la zona inmediatamente”, anunció la policía por altavoz en el lugar, donde se encuentran cientos de periodistas. “Debemos utilizar la zona para ayudar a las víctimas”, afirmaron.
El anuncio estuvo seguido de un zafarrancho de combate en el campamento levantado por los periodistas, con cámaras dispuestas y catres para guardar las mejores posiciones a la hora de filmar la evacuación de los niños.
Ante la llegada masiva de periodistas desde hace días, las autoridades instalaron barreras metálicas para mantenerlos a distancia y permitir que los rescatistas trabajen sin cámaras a su alrededor.